«Las nuevas generaciones en América Latina deben conquistar la soberanía también en el ciberespacio” (Dialogar, dialogar + Fotos, video y tuit)

Ignacio Ramonet en el espacio Dialogar, dialogar, junto a la doctora en ciencias de la comunicación Rosa Miriam Elizalde y el joven periodista Yasel Toledo Garnache/Fotos: AHSCuba

Por Ignacio Ramonet, intervención en el espacio Dialogar, dialogar, de la Asociación Hermanos Saíz

Primero agradecer a los organizadores la gentileza de invitarme para estar aquí. Y decir también que la última vez que yo estuve aquí fue con Alfredo Guevara, precisamente en una sala también casi más llena que esta, y una quizás de las últimas intervenciones públicas de Alfredo, que era sobre cine, comunicación e ideología.

Uno siente un muy agradable recuerdo, y estoy muy contento de estar aquí esta tarde, en particular en compañía de Rosa Miriam, que ya formamos un dúo, que vamos a tener que hacerlo depositario legalmente, constituirlo oficialmente para que nos manifestemos regularmente, porque lo hicimos hace poco también en la casa de José Martí, además de en la Mesa Redonda.

Y, bueno, por otra parte, felicitar a Rosa Miriam por su brillantísima intervención, en que nos ha dado una cantidad de datos y con un análisis extremadamente pertinente. Lo que ha dicho es fundamental.

El otro día, estuve visitando aquí el Museo Humboldt, que lo acaban de restaurar, y les recomiendo ir a visitarlo porque está absolutamente interesante.  Y en esa ocasión, como estoy leyendo una biografía de Humboldt que me recomendó Luiz Inácio Lula da Silva cuando estuve viéndolo en la cárcel. Lula, en vez de estar leyendo o releyendo textos de Lenin, de Gransci y de Marx, estaba leyendo una biografía de Humboldt, escrita por una joven biógrafa alemana, que describe la importancia de Humboldt en este momento en el que hay un sentimiento ecológico particularmente interesante.

Y entonces el otro día, como estaba en la Feria del Libro presentando unos libros con Sandra Sarmiento, que está aquí con nosotros, compré un librito con textos de Humboldt. Y en uno de esos textos él cuenta cómo en 1806, llegó a Caracas, y encontró que era una ciudad extremadamente agradable.

Curiosamente, dijo que Caracas y La Habana eran las dos ciudades       más españolas de las que él conocía en América Latina; pero expresó lo siguiente: “En esta ciudad, donde hay un nivel de vida relativamente alto, un conocimiento interesante, no hay un solo periódico. Y no solo no hay un solo periódico, sino que la imprenta aún no ha llegado.”

Y él comparó: “En cualquier ciudad estadounidense de no más de 30 mil habitantes hay un periódico.” Y entonces, digamos, la imprenta se inventó en 1440. ¡Cuatro siglos después en Caracas no había imprenta!  Él dice que había una prensa, que no es lo mismo que una imprenta; una prensa, que solo hace hojas, que tenía un francés.

Entonces podemos decir, basándonos en las cifras que daba antes Rosa Miriam, que eso no ocurre con Internet.  Internet se inventó, efectivamente, como ha dicho Rosa Miriam, en los años ’60 para el ejército, pero la Web se inventó en 1989.  ¿Qué es lo que ha hecho que estemos más familiarizados con el universo de la Web?  Porque antes hacía falta un lenguaje intermediario para poder  utilizar el correo electrónico, para poder comunicarnos, esencialmente entre universidades, aunque lo creó el ejército con esa base que daba Rosa Miriam.

Ignacio Ramonet en Dialogar, dialogar.

Si hubiese una destrucción atómica, ¿cómo podríamos seguir comunicándonos? Por eso hablamos de la red, porque si ustedes cogen una red de un pescador, y si le disparan a la red, evidentemente la bala puede pasar a través de la red sin romper nada; pero si ustedes disparan con una Kalashnikov, por ejemplo, y rompen 20 mallas de la red, aún quedan 200 mallas que funcionan.

Entonces la comunicación –decían los norteamericanos– si los rusos desencadenan primeros el ataque, lo que harán es que destruirán todas nuestras grandes ciudades y nuestros nudos de comunicación.  ¿Pero entonces cómo nos vamos a comunicar entre, por ejemplo, el centro, donde se encuentre el Estado Mayor, o lo que quede del Estado Mayor, con las fuerzas que hayan sobrevivido, si no se puede comunicar porque los canales se han cortado?

Entonces hay que inventar un sistema que funcione como una red; es decir, que, en vez de ir en vía directa, de un punto a otro punto, vaya dando muchas vueltas, aunque tenga que dar la vuelta al mundo, pero que llegue del otro lado.  Ese es el principio que crea la red.

Lo que quiero decir es que, digamos, 30 años o 50 años después de la invención de Internet, masivamente América Latina utiliza los recursos de Internet; no han pasado 400 años.  ¿Pero quiere eso decir que ya no estamos en colonia? No, porque hay que reflexionar sobre lo que es la colonia.

Rosa Miriam ha citado dos frases muy importantes de nuestro amigo Eduardo Galeano, pero en realidad hay varios tipos de colonización.  Piensen que hoy día, si tenemos que citar cuáles son las grandes potencias de hoy, geopolíticas, las diez principales grandes potencias geopolíticas de hoy son las mismas –excepto China–, que a principios del siglo XX eran Alemania, Japón, Francia, Estados Unidos, Rusia… Son las mismas.  Y ya no son imperios coloniales, pero siguen siendo los principales países que dominan el mundo.

Y entonces, ¿por qué lo dominan, si ya no tienen colonias?  Y si nos hemos liberado, digamos, los países colonizados de África, de América Latina, de Asia, ¿por qué no ocupamos?, excepto China –y recuerden que China fue la primera potencia del mundo durante 17 siglos, hasta el siglo XVII; dejó de serlo en el siglo XVII, para volver a serlo, entre las principales potencias, actualmente–, ¿pero por qué siguen siendo colonias? Porque descolonizarse no es tan sencillo.

Por ejemplo, de todos los países de América, el único país que no solo se descolonizó, pero que pasó a formar parte del club de los dominantes es Estados Unidos. Los demás países llevan dos siglos, la mayoría de ellos, descolonizados, pero no están en el grupo de países dominantes.

Entonces, con Internet, lo que Internet nos plantea también, son dos cosas evidentemente, que aquí se han subrayado, tú las subrayabas ahorita Yasel: que, por una parte, está el enfrentamiento cultural, la batalla cultural.

¿Hay que desertar de las redes?  Sería absurdo. ¡Hay que estar en las redes! ¿Por qué? Porque, aunque no hayamos inventado Internet, la batalla se da hoy en ese espacio, en el ciberespacio, que es un nuevo espacio en el sentido propio de la palabra; es un nuevo espacio, es un nuevo territorio. Digamos, si antes había un espacio, el espacio en el que vivimos normalmente, el espacio tridimensional, el espacio de nuestra vida cotidiana, ahora también vivimos en ese otro, que se manifiesta para nosotros a través de pantallas. Y cuando estamos frente a la pantalla, tenemos un universo mental, imaginario, cultural, de conocimiento, económico, financiero…, todo eso pasa por una pantalla y por el territorio del ciberespacio, que también evidentemente es un espacio de guerra, en el sentido que Rosa Miriam explicaba.  Además, ahora las grandes potencias crean un ejército para luchar por él.

Los ejércitos no siempre han sido las Fuerzas Armadas, no siempre han sido complejas como lo son hoy. Las Fuerzas Armadas históricamente, digamos, eran esencialmente en función de los elementos, ¿verdad?

Decía un filósofo griego que nuestro universo se compone de cuatro elementos: tierra, aire, fuego y agua. Este, Internet, sería el quinto. Y observen que se ha creado un ejército para la tierra, un ejército para el mar; uno para el aire; uno para el fuego -que son los bomberos, llamados en algunos países guerreros del fuego-, y ahora, como hay un quinto elemento, que es el ciberespacio, los países están creando este quinto ejército.

Entonces, en esta relación con el quinto elemento, tenemos, por una parte la batalla de ocupar este espacio y de defendernos desde el punto de vista del mensaje y el contramensaje; pero está la otra batalla, que es la de la tecnología. O sea, tenemos que combatir con las armas del adversario.  Eso puede conducir a la victoria.

Ignacio Ramonet en Dialogar, dialogar.

Fidel Castro demostró que con las armas del ejército de Batista se podía triunfar, no era necesario fabricar sus propias armas, o tener una tecnología específica del armamento para ganar la guerra.  Pero aquí nos planteamos la cuestión de la descolonización tecnológica también, cosa que Fidel en cierta medida planteaba cuando creó la UCI, es decir, ser capaces también de fabricar nuestras propias computadoras, estar presentes en la reflexión sobre qué es una computadora hoy, qué debe tener como posibilidades, etcétera, y no solo depender de eso.

El presidente Díaz-Canel ha dicho últimamente, en las últimas 48 horas, una reflexión sobre cómo hay que articular ciencia y tecnología; es decir, no solo desarrollar una reflexión teórica sobre la ciencia, no solo enseñar la ciencia, pero desarrollar una tecnología.

El único país del sur que a principios del siglo XX no era una colonia y que formaba parte de los países dominantes –lo he citado antes–, ¿cuál es entre los que cité antes? Japón. La pregunta es por qué Japón no era una colonia.  A finales del siglo XIX varios países no habían sido nunca colonizados: Etiopía, Irán, Marruecos, Japón; no habían sido nunca colonizados, nunca. ¿Por qué los demás, Etiopía, Irán, Marruecos, fueron colonizados, y no Japón? Porque Japón apostó por desarrollar su propia tecnología imitando al Reino Unido e imitando a Alemania.  En Japón se conduce a la izquierda   –ustedes saben eso, ¿verdad–, igual que en Inglaterra, y la obsesión era la de ser tan organizados como los alemanes, y desarrollaron una tecnología propia, un armamento propio, y derrotaron a los rusos en 1910. Primera victoria militar de un país del sur contra el norte.  Entonces los japoneses precisamente han desarrollado una tecnología que hoy les permite estar presentes en este universo, digamos, primero, como potencia industrial, la única potencia industrial del sur.

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Estados Unidos salió de esa situación en la primera mitad del siglo XIX. Estados Unidos, cuando gana su independencia, es un país que vive del monocultivo del algodón, como Cuba vivía del monocultivo de la caña. Bueno, la pregunta que los historiadores deben hacerse es por qué Estados Unidos salió de su condición de monoproductor de algodón para transformarse en una superpotencia industrial, vencedor de la Primera Guerra Mundial, vencedor de la Segunda Guerra Mundial, vencedor de la Guerra de Secesión del norte contra el sur, cuando Brasil no lo ha conseguido, Argentina no lo ha conseguido, México no lo ha conseguido, etcétera. Es una verdadera cuestión central, y Japón sí lo ha conseguido.

Entonces hoy tenemos, como, digamos, si la cuestión del colonialismo se plantea, es que una cosa es obtener su independencia y su soberanía, y otra cosa es seguir dependiendo tecnológicamente de lo que produce el país dominante, o los países dominantes.

¿Por qué América Latina, aun cuando había doce países progresistas en América Latina, no consiguieron crear ni una universidad de alto nivel, que impidiera que la mayoría de los Doctorandos de América Latina vayan a hacer sus Doctorados a Estados Unidos, o a Alemania, o a Francia, o a Rusia, o a donde sea? ¿Por qué no se ha conseguido eso?

O sea, yo creo que hay que también plantear la cuestión, cuando hablamos de Internet, de por qué no tenemos, en el sur en particular, no tenemos, ni siquiera se piensa en tener una rivalidad, no en materia de contenidos, si bien que es necesario, pero en materia tecnológica.

Observen lo que está pasando con Huawei y la 5G.  Los Estados Unidos están llevando a cabo una verdadera guerra, que es una guerra colonial finalmente contra China, para detener el progreso de Huawei en materia de 5G. Pretenden que si un país le compra Huawei a China con la 5G, China, como Estado, estaría penetrando como con un caballo de Troya en ese país. Inglaterra ya ha dado luz verde para equiparse, pero los norteamericanos acaban de detener en Suiza, acaban de intimidar a Suiza para que no sigan adquiriendo la 5G con Huawei.

El temor es tecnológico, porque los Estados Unidos en definitiva, en materia de teléfonos o de telefonía, aunque tienen aún el Iphone, recuerden que cuando empezó la telefonía digital, la empresa que dominaba la tecnología digital, el primer teléfono digital que se impuso como tal era Motorola, que era un gran teléfono así, que hemos tenido varios; grande, que si lo comparamos con los que hay ahora, es un teléfono, casi como el teléfono de baquelita negro que había antes.  Entonces era Motorola.  ¿Qué ha sido de Motorola? Yo creo que aquí debe haber generaciones que no han oído hablar de Motorola jamás.  Y luego, recuerdan ustedes cuando era Nokia.  Un país, Finlandia, tenía el mejor teléfono del mundo, y todo el mundo quería tener un Nokia. ¿Qué es de Nokia hoy?

Y el Iphone es posible que siga, aunque sigue fascinándonos, es posible que siga ese destino, mientras que hoy los coreanos del sur, pequeño país, que ha imitado a Japón, que se ha dotado de tecnología, Corea del Sur es un país de 45 millones de habitantes, evidentemente cuatro veces más que Cuba, es obvio; pero es un país menos poblado que España, y es una superpotencia tecnológica; y no solo ahora tecnológica, sino miren lo que ha pasado con los Óscares este año, oigan, que es una revolución: primera película coreana del sur en la historia que recibe el Oscar a la Mejor Película y que es una película de Corea del Sur, o sea, que Corea del Sur produce también cultura popular, produce también contenido que seduce al mundo, miren lo que es la K-pop, que debe haber en la propia Cuba millones de adolescentes fascinados por la K-pop la cultura popular coreana, los grupos musicales coreanos.

Yo estuve en el stand de Corea del Sur aquí. La embajada de Corea del Sur en México tenía un stand en la Feria del Libro. Cantidad de adolescentes llegaban allí para preguntar por la K-pop, y los enviaban al stand de Japón manga, que no es lo mismo, como saben ustedes.

Quiero decir que Corea del Sur es aquí un país que ha emprendido una carrera hacia la descolonización, controlando y produciendo su propia tecnología, el Samsung, el LG, y produciendo sus propios contenidos, que conquistan al mundo. Parásitos no solo es el Oscar a la Mejor Película; es la Palma de Oro en el Festival de Cannes a la mejor película, y derrotó a nuestro amigo Almodóvar con Dolor y gloria, que es una película excelente, en mi opinión; pero Parásitos es una película buenísima, y además es una parábola sobre la situación actual, sobre la drogalización, sobre el neoliberalismo. Es una película extremadamente compleja y muy política.

Bien, como ven, lo que estoy diciendo es que descolonizarse no es tan sencillo, aunque cuesta mucho. Evidentemente muchos países han hecho enormes sacrificios; pienso en Vietnam, pienso en Argelia, pienso en Cuba; un enorme sacrificio, para conquistar la soberanía, para conquistar la independencia; pero, bueno, Fidel lo decía también: la segunda independencia está por conquistar. Y ahora hay que ir por la tercera independencia, que es la independencia digital, la independencia tecnológica, el ser soberanos en el ciberespacio. Esta es la misión, el objetivo de las nuevas generaciones en América Latina en particular, porque América Latina, si es consumidora masiva de redes sociales, no es normal que no produzca sus redes sociales. En definitiva, estas redes sociales solo están pasando; no sabemos si dentro de cinco años existirá Facebook, aparentemente sí, pero es posible que no.

Cuando las redes sociales empezaron a desarrollarse, ya ni nos acordamos de los nombres de las redes sociales que parecían absolutamente indispensables y que acabaron por desaparecer.

Yo siempre digo: que estemos en los 30, 40 o 50 primeros años de Internet, recuerden que cuando Humboldt llega a Caracas la imprenta ya tiene cuatro siglos.  ¿Qué pasará cuando Internet tenga cuatro siglos? ¿Qué pasará?  ¿Y estaremos como estamos ahora aquí? ¿Llegará un viajero a Cuba dentro de cuatro siglos y dirá: bueno, pues aquí aún no hay la propia red social, o aún no hay el teléfono más avanzado?

Yo espero que no porque este es uno de los países que tiene más conciencia de esta problemática; porque Fidel, como lo ha dicho Rosa Miriam, fue uno de los primeros que entendió la importancia de Internet; que se puso él mismo –¿te acuerdas, Rosa Miriam–, él mismo se puso a trabajar en una computadora para aprender a escribir en un teclado y le enseñó a Chávez a usar el correo electrónico, y Chávez después también era un apasionado, lo entendió.

Hoy día podemos decir que el presidente Maduro está presente en todas las redes, y en cuanto se crea una red nueva que tiene influencia, inmediatamente está ahí metido.  No hay que, evidentemente, abandonar esa batalla; pero yo digo que hay otras batallas, que son de otro nivel, pero que están al alcance del esfuerzo educacional, el nivel científico en particular que tiene Cuba, porque ha hecho prodigios en términos de biotecnología, en términos farmacéuticos, en términos de investigación médica, como ciencia, ¿verdad?

Pero hoy es en la inteligencia artificial donde tenemos que estar presentes. Ahí deben estar los matemáticos, es la inteligencia artificial, es la robótica, es la drónica, que es donde hay que estar muy presente cuando llegue la inteligencia artificial.

Yo lo que digo es que, si la inteligencia artificial avanza, y si no la controlamos, es que la inteligencia artificial acabará por excluir al ser humano del planeta; porque una robótica avanzada con inteligencia artificial ya no necesita todas nuestras debilidades; un robot con inteligencia artificial es inmortal y omnisciente, igual que Dios: sabe todo, ve todo y tiene un cuerpo que es eterno. Bueno, ¿qué diferencia hay con Dios? Definan a Dios, y es el robot dotado de inteligencia artificial. Entonces es obvio que ese Dios o esos dioses no van a necesitar al ser humano.

No sabemos qué mundo será. Tenemos que controlarlo.  Ese es un desafío para la humanidad.  Por eso se habla mucho… ¿Ustedes han oído hablar de qué tipo de sentimientos hay que darle al robot?, si puede haber robots criminales, ya ha habido robots que han matado a personas. Se está desarrollando una legislación para los robots.

En China, últimamente hubo una decisión judicial a favor de un robot que había escrito unas informaciones para la prensa y que la prensa había difundido, y no le querían pagar al robot. Bueno, el conceptor del robot es el que va a cobrar, obviamente, pero el robot había escrito de manera autónoma la información.

Aquí no se lee mucho las informaciones de Bolsa, me imagino, pero en los países capitalistas, donde se lee la información de Bolsa, está enteramente robotizada; la escriben robots. Muchas de las crónicas deportivas que se leen en la prensa de gran tirada están escritas por robots, porque identifican a los jugadores y tienen textos ya hechos.  No quiero decir que los cronistas describen como robots, pero los robots describen como cronistas.

Yo creo que el desafío para las nuevas generaciones tiene que ser en la producción, como lo ha dicho el presidente Díaz-Canel, la producción de tecnología, de nueva tecnología, que nos permita también avanzar en ese terreno.

La batalla del contenido, esa la podemos ganar con relativa facilidad, la batalla de las nuevas tecnologías propias, esa es la que hay que ganar.

Muchas gracias.

(APLAUSOS)

 

Varias personas expresaron sus opiniones desde el público, y realizaron preguntas, relacionadas, por ejemplo, con el proyecto Dominio Cuba.

Después de intervenciones desde el público, y otra de Rosa Miriam Elizalde:

Ignacio Ramonet:

Una vez más sinceramente creo que Rosa Miriam ha marcado la línea, la buena línea; el buen análisis y la buena línea.

Yo simplemente quisiera insistir sobre esta cuestión. En relación con la información, que han planteado las dos personas que hablaron, en realidad, vivimos algo muy excepcional y no siempre tenemos conciencia de ello. Es decir que, si tomamos la historia de los medios de masas, que es una historia relativamente corta, porque aparece a final del siglo XIX hasta el surgimiento de Internet, globalmente la relación que existe es una relación de emisor activo y receptor pasivo; globalmente es eso.  La televisión nos habla y nosotros no tenemos nada que decir, a menos que queramos hablar con el televisor, que siempre es posible, o con mi mascota, puedo hablarle a mi perro, o con mi gato, y decirle: no estoy de acuerdo con esto; no le puedo hablar a la persona que está ahí. Con el periódico, igual, aun menos, porque el periódico no habla; hablo en mi cabeza, cuando lo leo.  Y con la radio, idéntico: la radio nos habla y nosotros escuchamos.

La mayoría de los estudios, en términos de funcionamiento de los medios, lo que más abunda es estudios de contenido, por definición.  Lo menos conocido –yo lo he dicho muchas veces–, el agujero oscuro que no conocíamos era qué hace la recepción, qué hace el receptor con lo que recibe; porque finalmente lo que nosotros sabíamos era esto: esta emisión ha tenido tantos millones de telespectadores. Bueno, pero esos telespectadores pueden pensar que esa emisión no vale nada; no quiere decir que adhieren a la emisión, pueden recibirla con entusiasmo, o con sentimientos críticos, o con rechazo, o puede reforzar sus sentimientos de rechazo, etcétera.

Esto se conocía muy poco, pero en todo caso los roles estaban definidos: había emisores y había receptores.  Eso se transforma con la llegada del Iphone. Al inventarse el Iphone, primero, lo que se produce es que este aparato, que seguimos llamando teléfono pero que obviamente no es más que un aspecto de las mil posibilidades que tiene este aparato, que es globalmente una computadora, primero lo que hace es mezclar tres sistemas de comunicación que histórica y tecnológicamente eran muy diferentes: lo escrito, lo sonoro y lo visual.  Se han desarrollado artes diferentes: la literatura para lo escrito, digamos el teatro o la radio, para lo oral, la retórica, y el cine, séptimo arte, etcétera.  Y de repente…

Por eso hay una palabra que ha desaparecido ya de nuestras conversaciones cuando hablamos ahora de los medios: multimedia.  Ya no decimos multimedia; esa palabra se decía en los años ’90 porque teníamos un aparato que mezclaba los tres medios, y no solo los mezclaba, sino que los expresa con la misma tecnología.

Rosa Miriam ha recordado ahora un gesto legendario de Hemingway, que es tirar su máquina por la ventana porque no salía un título.  ¿Esa máquina cómo se llamaba? La máquina de escribir, ¿verdad?, lo que tira Hemingway por la ventana es una máquina de escribir. Se llamaba la máquina de escribir porque, ¿para qué servía esa máquina? Para escribir.  ¿Servía para dictarle, yo le podía dictar un texto? ¡No!  ¿Servía para grabar una imagen? ¡No! Solo servía para escribir. Se llamaba máquina de escribir.

Ustedes, en una computadora, pueden escribir; pero pueden hacer mil cosas.

Los teléfonos de baquelita de los que yo hablaba antes, que son teléfonos que se ven en las películas, ¿servían para escribir? ¡No!, solo servían para el sonido. La radio solo servía para el sonido. Quiero decir, había tecnologías que no se podían cruzar.  La imprenta, de la que hablamos antes, de la que hablaba nuestro amigo Humboldt, la imprenta no podía grabar imágenes en movimiento, ni sonidos. Ahora sí lo hacemos mediante un sistema digital, ahora los sistemas son que un texto, una letra, es una ecuación matemática.  Aquí hay matemáticos, ¿verdad? Es una ecuación matemática escrita con un sistema binario, de ceros y de unos. La A no es una A; en la computadora, lo que transforma visualmente en una A es una ecuación.

Digamos, antes un árbol se parecía a un árbol, y para tener un árbol tenía que fotografiar un árbol; yo ahora puedo sacar un árbol con simplemente una ecuación.  Es lo que hacen las imágenes de síntesis cuando vemos la película de animación: son ecuaciones transformadas en imágenes.

Ramonet en Dialogar, dialogar.

Entonces todo eso ha evolucionado de tal manera, que ahora lo que tenemos en las manos, por primera vez en la historia mediática, es un sistema en el que se confunde el receptor y el emisor, el receptor y el emisor es la misma persona.  Eso no ha existido nunca.

Yo decía: están ocurriendo cosas excepcionales, y no nos damos cuenta. Esta es una de ellas. Y, además, yo diría que la aspiración política, durante toda la historia de los medios, era la democratización de los medios. ¿Por qué? Porque los medios pertenecían a las clases dominantes. ¿Cuál era la función de los medios? Domesticar a la sociedad. Porque todo el mundo entiende bien que, si yo soy la persona más rica del país, si tengo la empresa más importante del país, si poseo el banco más importante del país, si tengo todo el poder, hay homogeneidad, y tengo todo el poder político además.  Pero resulta que yo tengo todo el poder empresarial, todo el poder financiero, todo el poder comercial, y ahora le doy el poder a la gente, establezco la democracia, y digo: ustedes van a decidir. Oye, hay el peligro de que la gente no me elija a mí.

Entonces, ¿cómo yo hago para darle el poder a la gente y, a la vez, quitárselo? O sea, le doy el poder, pero me apodero de su cerebro. ¿Cómo? Mediante el control mediático, que es lo que se llama la propaganda. Van a introducir en nuestras cabezas ideas que no son las nuestras. Es lo que se ha dicho aquí ahora mediante la red.

Entonces ese sistema partía del principio de que la audiencia, la recepción, era pasiva, y todo lo que habíamos explicado hasta ahora era sobre esa base.  De repente, cada uno de nosotros se transforma en emisor. Entonces lo que tenemos es un inmenso ruido, que es lo que ha dicho Rosa Miriam, un inmenso ruido, todo el mundo se ha puesto a comunicar y a contar su vida y a escribir.  Ha dicho que el 90 por ciento son historias de amor de sí mismos. La gente se oye escribir, o se oye hablar, se graba, graba su fotografía, envía su fotografía; narcisismo total, exhibicionismo absoluto.  Hay capítulos sobre eso en mi libro.

Entonces hoy estamos en un momento en que el ruido es tremendo. Y la pregunta es: ¿cómo distinguir?  Muy difícil, obviamente, muy difícil.  ¿Por qué, además?

Se han planteado preguntas fundamentales: ¿cómo hago yo para saber que una información no es verdad?  A veces salta a la vista, pero a veces no tanto salta a la vista; a veces los medios tradicionales ayudan a desmontar una falsedad que las redes sociales se han encargado de difundir masivamente.

Estoy pensando, Rosa Miriam, en la cuestión del camión incendiado en el puente de Cúcuta en febrero del año pasado, cuando quisieron invadir, bajo pretexto de ayuda humanitaria, a Venezuela.

Entonces ahí hubo una investigación del New York Times, aunque evidentemente el gobierno había desmentido, Arreaza en particular, el canciller, había hecho una demostración en Naciones Unidas; pero, como se dijo aquí, eso no trasciende. Cuando lo dijo el New York Times, ya evidentemente los propios defensores, que son globalmente pronorteamericanos, vieron que el medio norteamericano más respetado, más considerado, desmentía la información, ya no la podían seguir afirmando; pero eso no ocurre todos los días.

Y ahora nosotros sabemos eso porque nosotros mismos somos víctimas. Yo he contado experiencias mías, propias, de cómo yo mismo me creo falsedades y las repercuto. ¿Por qué? Hay una disciplina científica que se llama la Neurociencia, ¿verdad?. tengo entendido que aquí se estudia la Neurociencia, y la Neurociencia nos dice que tenemos tendencia emocional a creer aquello en lo que creemos; parece evidente.  Si una información confirma lo que yo creo, lo que yo siempre he creído, me la creo.

Por ejemplo, yo soy antimperialista; aquí hay algunos y algunas antimperialistas.  Si leemos una información que nos dice que los Estados Unidos son malos en tal o cual aspecto, globalmente nos lo vamos a creer porque sabemos que son malos, y la vamos a difundir, aunque sea falsa, ¿entienden lo que digo? Porque evidentemente nos toca aquello de lo que estamos convencidos, aunque sea falsa.

Entonces eso es lo que se llama ahora la verdad emocional, porque no toda verdad es dos y dos son cuatro. Es lo que Frantz llama ahora el hecho alternativo: tú tienes tu verdad, yo tengo mi verdad, eso dice Frantz¿Pero qué es la verdad?

Recuerden que la humanidad, desde que se inició hasta el siglo XVIII, funcionó con una verdad, que se llama la verdad mágica porque, no sé, el Papa escuchaba a Dios y decía qué es lo que había que hacer; o el santero escuchaba, o se tiraban las cartas, o se degollaba una gallina y se veía cómo se movía. Y esa era la verdad.

Oigan, la Grecia antigua, que inventó la filosofía, creía en el oráculo de Delfos; es decir, que una vez al año, en un momento preciso, en Delfos, había una persona que de repente sabía lo que iba a pasar: que había que hacer la guerra o no hacer la guerra, etcétera. Oiga, cosas que llevaban consecuencias tremendas.  Bueno, el mundo funcionó durante milenios con la verdad mágica; hace apenas dos siglos que tenemos verdad científica ahí.   Eso no ha impedido el fascismo, que ha sido recordado aquí, no ha impedido horrores como los campos de exterminio, en fin.

Rosa Miriam Elizalde habla en el espacio Dialogar, dialogar/Foto: AHSCuba

Entonces quiero decir: hoy estamos en un momento en el que precisamente las palabras, los conceptos en cºomunicación que han surgido últimamente, ¿cuáles son? Fake news, posverdad, verdad emocional, verdad alternativa. Mira, todo eso te está diciendo que hoy las certidumbres no son tan exactas.  ¿Debemos por ello bajar los brazos? ¡No!, yo digo como Rosa Miriam; ¡es la batalla que tenemos que librar!  Aquí estamos evidentemente. Y hay que hacer masa.  Y pienso que esa batalla, en todo caso, cada vez que se pueda, hay que desmentir lo que obviamente es falso.

En este momento la guerra híbrida –como citó antes Rosa Miriam– más importante es la que se da contra Venezuela.  No, se ha reforzado también contra Cuba, pero Venezuela es el objetivo número uno. Y ahí un aspecto fundamental de la guerra híbrida es imponer un relato que les dé la razón a los adversarios del gobierno venezolano y de la revolución bolivariana. Contra eso sí podemos luchar, obviamente.

Muchas gracias.

(Aplausos)

TRANSCRIPCIÓN LA INTERVENCIÓN DE IGNACIO RAMONET EN EL ESPACIO DIALOGAR, DIALOGAR: EL COLONIALISMO 2.0 Y LOS DESAFÍOS DE LA IZQUIERDA.  ¿QUÉ HACER?
PABELLÓN CUBA, 19 DE FEBRERO DE 2020.

INVITADOS: ROSA MIRIAM ELIZALDE E IGNACIO RAMONET.

CONDUCTOR: YASEL TOLEDO GARNACHE.

 

Acerca de Yasel Toledo Garnache

Director de la revista cultural El Caimán Barbudo. Presidente nacional de la Asociación Hermanos Saíz. Fue subdirector editorial de la Agencia Cubana de Noticias. Es graduado del Centro Nacional de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, y Mejor Graduado Integral de la Universidad de Holguín (2014). Periodista, ensayista y narrador. Autor del libro Camino de herejías. En twitter: @yaseltoledoG. En Instagram: YaselToledoGarnache. En Youtube: Mira Joven (Cuba). E-mail:yasegarnache@gmail.com

Publicado el 17 de marzo de 2020 en Asociación Hermanos Saíz, Espacio Dialogar, dialogar y etiquetado en , , , , , . Guarda el enlace permanente. 4 comentarios.

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