Los alemanes ganaron con Adidas: El Milagro de Berna

Por ABEL CASTRO SABLÓN, colega de la Universidad de Holguín

Muchos consideran al fútbol como el deporte universal; es vistoso, divertido, dinámico y con millones de seguidores alrededor del orbe. Como buen deporte que se respete también tiene sus hazañas y curiosidades históricas y no está exento de algún que otro “milagro”.

Precisamente de uno de esos “milagros” se desprende una muy curiosa historia: la de cómo pudieron ganar los alemanes su primer título mundial, en Suiza 1954. Esta victoria está recogida en la historia como el Milagro de Berna. Pero la verdad demuestra que fue algo más.

Tras la Segunda Guerra Mundial, Alemania había quedado devastada y en su territorio se respiraba una carencia de optimismo. No obstante, su selección nacional había logrado llegar hasta la Copa Mundial que se celebraría en Suiza.

A priori, el conjunto alemán partía como uno de los más discretos en nómina, pero su voluntad y talento ofensivo le dieron la posibilidad de avanzar. En la fase de grupos lograron vencer a Turquía por 4-1, pero fueron goleados por los favoritos húngaros 8-3 y al final terminaron empatados a 2 puntos con los otomanos.

Por el reglamento del campeonato, ambos equipos tuvieron que desarrollar un partido de desempate, el cual resultó un paseo alemán al golear nuevamente a los turcos 7-2. Los alemanes pasaban a cuartos de final, donde enfrentarían a los yugoslavos. Comenzaba a abrirse camino el milagro.

La selección teutona recién empezaba a jugar de nuevo al fútbol, después de la Segunda Guerra Mundial, ya que la FIFA los había suspendido para el mundial de Brasil en 1950. Era la primera selección alemana que pisaba un campo mundialista sin la bandera nazi.

Los de Alemania Federal despacharon a los yugoslavos 2-0 y posteriormente a Austria 6-1, para llegar a la final, mientras que los húngaros también se abrían paso ante todo rival y aseguraron su pase al vencer al campeón vigente, Uruguay, por 4-2, y con el mismo marcador antes habían eliminado a Brasil, en el partido más violento de la historia del fútbol.

A los teutones solo les quedaba un paso más para consumar el milagro: derrotar a los archifavoritos húngaros. Los magiares se habían convertido en los “romperredes” del mundial, al facturar un total de 25 goles hasta ese momento, con solo 7 en contra, tres de ellos anotados por sus rivales de turno.

Los alemanes recordaban la goleada recibida en la primera fase y pretendían cambiar la historia en la final. Esta comenzó a las 5 de la tarde hora local, en el Wankdorfstadion de Berna, ante un lleno total de 60.000 espectadores.

Pero habría un invitado inesperado: la lluvia, que además jugó un papel fundamental en el partido, porque dificultó el juego de ambos equipos, pero esta condición climática favorecía el juego de Fritz Walter, el DT alemán.

La cuestión de esto es muy sencilla: calzado especial. Adolf Dassler era un diseñador de calzado de cierto renombre en el mundillo deportivo, pues algunos afamados atletas habían usado sus confecciones en importantes competiciones como los Juegos Olímpicos.

“Adi” Dassler, como era conocido, había hecho una innovación al calzado de los germánicos: en vez de basarse en la madera, utilizó clavillos metálicos para lograr mayor adherencia al suelo. Ahí cambió el destino de esa tarde.

Hungría marcó diferencia con dos goles tempraneros. Ferenc Puskás, la estrella magiar, abrió el tanteador a los seis minutos, y dos más tarde, Zoltán Czibor ponía el marcador 2-0. Esto y las condiciones del tiempo causaron que los húngaros se relajaran y el equipo de Alemania Federal logró empatar en solo 10 minutos. Primero fue Max Morlock y más tarde, Helmut Rahn igualaba el tanteador.

En el segundo tiempo fue figura el arquero alemán Toni Turek, parando varias ocasiones de gol de Hungría, que mostraba serias dificultades para correr, debido al estado del terreno. Puskás comenzaba a cojear y Hungría a sufrir. Pero los alemanes corrían mejor gracias a su “arma secreta”. A seis minutos para el pitazo conclusivo, Helmut Rahn marcaba nuevamente y asustaba hasta a los más escépticos.

Aun así, los húngaros lucharon y a tres minutos para el final, Puskás conseguía el empate, pero el juez de línea Benjamin Griffiths anulaba el tanto por fuera de lugar, en una de las decisiones más polémicas de los mundiales. El árbitro inglés William Ling pitaba el final del partido y así la selección de Alemania Federal lograba su primer título en la historia de la Copa Mundial de Fútbol.

Las zapatillas de Dassler ayudaron a los germánicos a tener más estabilidad y a no resbalar, lo que les permitió correr con mayor soltura. Adi Dassler había fundado una pequeña compañía de calzado sin marca junto con su hermano Rudolf, quien luego fundaría su propia compañía, la conocida Puma.

Luego de esto, Adi siguió sus diseños y nombró su compañía Adidas, un acrónimo de su apodo y las primeras letras de su apellido. Actualmente Adidas es la marca oficial de la FIFA.

Acerca de Yasel Toledo Garnache

Director de la revista cultural El Caimán Barbudo. Presidente nacional de la Asociación Hermanos Saíz. Fue subdirector editorial de la Agencia Cubana de Noticias. Es graduado del Centro Nacional de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, y Mejor Graduado Integral de la Universidad de Holguín (2014). Periodista, ensayista y narrador. Autor del libro Camino de herejías. En twitter: @yaseltoledoG. En Instagram: YaselToledoGarnache. En Youtube: Mira Joven (Cuba). E-mail:yasegarnache@gmail.com

Publicado el 10 de julio de 2014 en Deporte y etiquetado en , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.

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