La terminal y la muchacha de la licra
Por Yasel Toledo Garnache
Los personajes se conocieron en el parque. Caminaron uno al encuentro del otro, atravesando a la multitud como dos cuchillos a la mantequilla.
Ella venía esquivando los asientos. Vestía una licra de flores y una blusa amarilla bastante ajustada, que le resaltaba los senos.
Se sentaron en un banco para hablar hasta que las palabras comenzaron a sobrar.
Siempre he pensado que las tetas son el mejor rostro de una mujer, pero ni siquiera era eso, sino los gestos tan provocativos, al menos en mi opinión.
-Hola, ¿para dónde vas?
-Para Jagüey, me dijo.
-La guagua sale a las 12:45, le respondí.
Me sé todos los horarios de salida y llegada, aunque no trabajo aquí. La miraba de la cabeza a los pies, con escala un tanto larga entre sus piernas.
Nunca nadie ha podido pasarme la mano cerca de esa zona. Y mucho menos tocarme exactamente ahí. Lo llamo mi detector de intrusos, dijo la personaje.
Me recosté del espaldar del asiento y volví hacia delante. Ella sacó de una jaba, que estaba entre sus piernas, un pan largo y, con movimientos lentos, comenzó a echarle lonjitas de jamón, mantequilla y Ketchu. Yo notaba cuanto lo disfrutaba. Me miraba, con sus ojos grandes y verdosos. Pasaba la lengua sobre el borde de los labios.
Pero tú puedes, así, sigue así y que no te importe la gente. Mi sueño siempre ha estado relacionado con un banco y este deseo incontrolable en la noche y bajo un foco de luz.
El pan me pareció algo diferente. Ella y su boca. Las tetas y la luz. Los movimientos y la terminal, mi lugar preferido.
Entonces llegaron ellos, los aguafiestas, y arruinaron el momento.
Anunciaron que la guagua saldría, y me apresuré para ayudar a la mujer con su jaba. Caminé junto a ella hasta la puerta. Cuando se alejaba, me dijo adiós con la mano y sonrío, pero yo no estaba totalmente complacido.
Por eso regresé al sitio de antes y abrí el libro en la misma página. Me recosté sobre el espaldar y todavía espero a otra parecida a ella, ni siquiera sé por qué tiene que ser así.
Publicado el 21 de abril de 2015 en De todo y etiquetado en licra, muchacha, parque, personajes, senos, terminal. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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