La muchacha de la memoria flash
Por YASEL TOLEDO GARNACHE
Percibí que ella me miraba con insistencia y hasta respondí con los ojos y leves gestos. La muchacha, de cuerpo bien formado y pelo largo, puso su silla cerca de la mía, y me hizo varias interrogantes. Respondí y hasta riposté, dispuesto a convertirme en cazador.
La gente a nuestro alrededor seguía en lo suyo. Ella dijo que debía salir a buscar algo en una memoria flash. Y la seguí. Le hice la pregunta prohibida, al menos cuando uno anda en planes de conquistas, tal vez por mi falta de experiencia en estas escaramuzas. Y ella me respondió que no, no tenía novio, sin embargo “tampoco estoy sola”, y sonrío de una manera que entendí muy bien. No acabo de acostumbrarme a ese tipo de situaciones, pero “debo adaptarme a los nuevos tiempos”, pensé.
Caminamos juntos un rato más. Nos pusimos de acuerdo, y doblé por una calle, con una fecha y una hora en la mente.
Publicado el 7 de abril de 2015 en Crónicas, Vivencias y etiquetado en cuerpo, memoria flash, muchacha. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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