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La luz en otros labios

yasel toledo garnachePor YASEL TOLEDO GARNACHE

Otra vez frente a la computadora. Mi mente casi en blanco, en cuestiones periodísticas y literarias. Ideas caóticas contra las paredes de un cerebro, que hasta el momento resiste. Los dedos sobre el teclado con ritmo cansado y, al fondo, una melodía culpable de que por mis venas fluyan lágrimas. Poco a poco, el dolor se alivia y otros labios muestran la luz.

La originalidad

Por Yasel Toledo Garnache

Yase Toledo Garnache¿Como soy original? ¿Cómo escribo un comentario totalmente diferente al resto en la historia del periodismo? Uno que lo deje a usted boquiabierto, y pensando “jamás leí algo como esto”. Y si me decido por un cuento, ¿podré renovar formas y contenidos?

¿Cuánta gente ha concebido lo mismo o con similitudes? ¿Cómo describo los labios de aquella mujer? ¿Con qué palabras? ¿En qué tono? Las descripciones de labios están agotadas, siempre habrá de realismo sucio, de naturalismo, de poética o de lo que sea en el interior de una expresión relacionada con eso, siempre habrá de otros autores. Lee el resto de esta entrada

Literatura: ¿La muerte de la originalidad?

Por YASEL TOLEDO GARNACHE

… ¿Cuánta gente ha escrito lo mismo o algo parecido? ¿Cómo describo las tetas de esa mujer? ¿Con qué palabras? ¿En qué tono? Las descripciones de tetas están agotadas, siempre habrá algo de realismo sucio, de naturalismo, de poética o de lo que sea en el interior de una expresión relacionada con eso, siempre habrá algo de otros autores. Ni hablar de los labios, de los ojos… ¿Cómo los describo siendo totalmente original?  Vargas Llosa dice que las técnicas que se le atribuyen están en Tirantes blancos, novela de caballería de hace bastante tiempo. Y si él lo dice, por algo es. ¿Entonces cómo nosotros podríamos  escribir algo completamente innovador en el siglo XXI y aquí, en Cuba? Lee el resto de esta entrada

El hipnotismo

Por Yasel Toledo Garnache

Mujer provocativaLa miraba de forma persistente. No importaba si hablaba o permanecía en silencio frente a nosotros.

Mi hipnotismo se acrecentaba por algo indescriptible en su voz, por la manera de hilvanar las palabras o por su aparente indiferencia. Eso siempre me ha atrapado, quizá por el reto de acercarme, de descubrir qué se esconde en la gente así, siempre más interesante que el resto.

Todo aquello me resultaba seductor, y percibía que a los demás también. Ellos no hablaban y casi ni pestañeaban ante las historias de sexo en automóviles y parques que salían de los labios de ella, como revelaciones de atrevimientos personales, que recuerdo muy bien. Sólo abrían los ojos todo lo que podían y la miraban como a una fruta que deseaban comer. Lee el resto de esta entrada

Parangón de enamorado

Por Reynaldo Aguilera, colega de la Universidad

El olvido también es una forma de venganza.

J. L. Borges

 

La seducción de una mujerSus enormes ojos negros se inflaban cuando la divisaba ante el umbral de la clase: fea, casi calva. Él con excelsa cabellera y labios prominentes. Sin embargo, la beatitud de uno y la fealdad de otra no impidieron que ambos precisaran acercamientos.

Si quería enamorarla “tenía que ser como ella”, se dijo. Invadir sus espacios y conquistar a sus amigos. Se desterró de la discoteca e irrumpió en las galerías de arte. Cortó su copiosa cabellera y veneró a la vieja poeta, quien una vez le recomendó grabara un tatuaje, pequeño, sobre sus pies que rezara: “Ama todo lo verdadero”. Lee el resto de esta entrada

Dos mujeres (I)

Por YASEL TOLEDO GARNACHE

Bcitaxi, CubaVienen con dos tipos. A ellas las conozco bien. Una es blanca, de cuerpo bien formado, cabello largo y labios seductores. La otra es mulata, de rostro vivo, movimientos fáciles y atrayente personalidad. Me ven y bajan la cabeza.

Yo sigo sentado sobre mi bicitaxi, estoy un poco cansado de pedalear durante todo el día. La segunda botella de ron está casi media. Me vuelven a mirar.

Los recuerdos se agolpan en mi mente. La blanca era lindísima, pero aburrida, complicada y poco amante del sexo de albergue, que tiene como atractivo la posibilidad de que se despierte la muchacha de la litera vecina y vea toda la escena. Lee el resto de esta entrada